
Viktor Frankl, Autor del maravilloso libro “El hombre en busca de sentido”, (vigente en la aplicación de la psicología del siglo XXI) decía que cuando no podemos cambiar nuestras circunstancias, nuestro deber es CAMBIARNOS A NOSOTROS MISMOS.
En un mundo en permanente cambio y en una sociedad en una crisis profunda de sentido de la vida, es importante establecer la necesidad de CAMBIAR; pero lo fundamental es TRANSFORMAR nuestra vida para enfrentar la permanencia de los cambios en la sociedad.
No es lo mismo cambio que transformación. El primero es una invitación que te viene desde afuera, algo que te dice que debes modificar algo. Por ejemplo: La crisis financiera nos dice que debemos reducir los gastos, el sobrepeso nos indica que debemos adquirir otro estilo de alimentación, una enfermedad crónica nos exige modificar todos los aspectos de nuestra vida, etc.
El cambio es una decisión. Es externo: ¡DECIDIR quién quiero dejar de SER! Alterar aspectos de la personalidad que no nos permiten fluir con la vida exitosamente. (DESAPRENDER hábitos destructivos)
Como es externo existe un “tenemos que cambiar”. Es importante comprender que esto generará: Inercia, resistencia, miedo, pereza. Es algo que comúnmente no nos gusta.
La transformación, por su parte es un proceso. ¡Crear un nuevo yo! APRENDER nuevos hábitos constructivos, retomar aquellos hábitos sanos que acompañaban nuestra vida. Es algo más interno, que viene de un deseo real que existe dentro nuestro que desea crear una realidad distinta.
Las preguntas clave para la transformación son:
- ¿A qué renuncias y a qué te comprometes?
- ¿Qué estás dispuesto a hacer para que eso pase?
- ¿En qué estás trabajando?
- ¿Cuáles son las herramientas que estás utilizando?
- ¿De quién te estas rodeando para cumplir tus promesas de transformación?
Lo fundamental para encontrar las respuestas hacia la transformación es: abrir la PUERTA DEL APRENDIZAJE. Esto se logra con una CAPACITACIÓN PERMANENTE y de manera integral, que te otorgue las herramientas indispensables para tu desarrollo personal.
El propósito de tu vida es: APRENDER. Y para APRENDER necesitas una fuerte convicción, fuerza de voluntad, determinación y coraje para nunca desistir. Aún si tu entorno no te ayuda. Todo lo bueno, lo que realmente vale la pena es difícil y tedioso. Al principio necesitas mucha práctica, pero si lo haces lo suficiente se volverá parte de tu vida.
Decía Julio Cortázar “nada está perdido si se tiene el valor de aceptar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo”. El primer paso no te lleva adonde quieres, pero te saca de donde estás.
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