Este extraño término fue acuñado por Alfons Cornella, un empresario consultor de innovación y creador de la compañía -infonomia.com-. La palabra es un acrónimo de intoxicación por información y alude a la saturación de datos a la que el ser humano se ve sometido hoy en día. Algunos incluso la denominan como la enfermedad de la sociedad digital del siglo XXI.
Esta aparece cuando la información a la que tenemos acceso es mucho mayor que nuestra capacidad de procesarla. Nos volvemos incapaces de comprender todo lo que llega a nuestra mente -específicamente la que llega a través de nuestros dispositivos- y perdemos la habilidad de profundizar en un tema o vamos saltando de uno a otro sin orden alguno.
Según Cornella (como se citó en Nieto, 2016), las personas más propensas a ser infoxicadas son aquellas que pretenden que siguiendo todos los inputs que reciben estarán más informados. Pero debemos aprender que en estos casos, es más importante la calidad que la cantidad. En redes podemos encontrar fuentes falsas que difunden contenido poco certero, que lejos de acercarnos a la realidad, nos aleja.
Los peligros de la infoxicación
Pero debemos ser muy cuidadosos, pues la infoxicación puede provocar lo que técnicamente se llama «síndrome de fatiga informativa». Esta teoría fue desarrollada en 1996 por el psicólogo británico David Lewis después de un estudio realizado con 1300 directivos de diversas empresas, quienes fueron observados en su actuar diario. Según el psicólogo «el síndrome comienza cuando la ansiedad afecta a las capacidades de análisis y de toma de decisiones; a continuación se desarrollan dolencias diversas (lumbar, cervical, cefaleas, úlceras, depresiones) y se ven afectadas las relaciones interpersonales así como la capacidad de rendimiento» (Arquer, 1997).
Aunque no es un síndrome reconocido por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés), cada día se realizan más investigaciones al respecto. Este produce cansancio y fatiga por la sobreexposición, consumo y manejo de la información. A pesar de que aún no ha sido aceptado en los manuales médicos, no podemos obviar que es una realidad que parece innegable.
Síntomas
Kabacihinski (2004) menciona algunos problemas de salud que se han relacionado con este síndrome:
- Problemas físicos: aumento en la presión arterial, estrés cardiovascular, problemas digestivos.
- Dificultades de memoria, falta de concentración, dolores de cabeza, estómago, dolor muscular y visión pobre.
- Problemas psicológicos: irritabilidad, enojo, letargo, languidez, aburrimiento, somnolencia, estrés, pánico y tensión.
¿Cómo prevenirlo?
No existe un remedio mágico para evitar la infoxicación y el síndrome de fatiga informativa. Sin embargo, les dejamos algunas recomendaciones que, de ser seguidas con consciencia y responsabilidad, pueden evitarnos el caer en estos problemas:
- Mantenernos centrados
Cuando estamos haciendo una tarea, evitemos distraernos con otras páginas. Nuestros cerebros no fueron creados para hacer multitareas. Enfocarnos en un trabajo o un tema a la vez nos ayudará a ser más productivos y poder terminar antes lo que estemos haciendo.
- Tomar descansos
Es importante tomar descansos cada cierto tiempo durante nuestras actividades laborales. Algunos expertos recomiendan que nos pongamos de pie y realicemos algunos ejercicios de estiramiento cada 30 minutos. Además de despejar y aclarar nuestra mente, ayudamos a nuestro cuerpo a evitar malas posturas o dolores musculares.
- Mantenernos desconectados para conectarnos
Busquemos desconectarnos de la tecnología y de la información para conectarnos con las personas a nuestro alrededor. Recordemos que somos seres biopsicosociales y que necesitamos de la interacción con otras personas para estar sanos. Nada mejor que una buena conversación para activar nuestras mentes y poder pensar con más claridad.
- Menos es más
Recordemos que, como mencionamos al inicio, no se trata de la cantidad, sino de la calidad de información que obtenemos. Procuremos buscar fuentes fidedignas que nos propongan datos certeros para que no necesitemos buscar más fuentes de las que podemos manejar.
- Relajación
Existen ejercicios de relajación para todos los gustos. Desde el yoga, la meditación, el deporte, o cualquier actividad que nos brinde bienestar. La idea es buscar una forma de desahogo que permita poner la mente en blanco y disfrutar de una actividad diferente.
- Restringir el uso del teléfono u otros dispositivos móviles
Evitemos el uso de estos aparatos en horarios no hábiles. Es decir, cuando no estemos en horario laboral procuremos dedicarlo a nuestra familia, amigos y a nosotros mismos.
Estos son solo algunos consejos que consideramos podrían ser de utilidad en los casos en los que se es consciente de una utilización excesiva de los dispositivos electrónicos y los medios de comunicación. Es nuestra tarea tomar consciencia y decidir cómo invertir nuestro tiempo de la mejor manera, para evitar infoxicarnos y desconectarnos de la vida real.
Referencias:
Arquer, M. (1997). Carga mental de trabajo: fatiga.Recuperado de la página de internet del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo: https://www.insst.es/documents/94886/326962/ntp_445.pdf/a0a57c8d-2ae3-445b-b525-b57d0ad54592
Gómez, B. (enero, 2016): El consumidor ante la infoxicación en el discurso periodístico. Estudios
sobre el Mensaje Periodístico, 22(1), 313-327. Kabachinski, J. (2004). Coping With Information Fatigue Syndrome.It world . Recuperado de https://www.aami-bit.org/doi/pdf/10.2345/0899-8205(2004)38%5B209%3ACWIFS%5D2.0.CO%3B2
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