Hace un par de meses el COVID me visitó. El síntoma más claro fue la falta de olfato. No lo digo por llamar la atención hacia mí, ni mucho menos. Lo hago porque creo que es muy importante hablar de este tema con todo el respeto y seriedad que se merece. Muchos conocidos y familiares se han contagiado recientemente y esto al parecer no se detiene. He sido de las afortunadas, pues a pesar de haberme contagiado aún sigo aquí.
Esa no ha sido la realidad de muchos otros, que han perdido la batalla y eso nos golpea a todos. Este virus parece ser una ruleta rusa y no debemos pensar que somos inmunes o que no nos golpeará duro, eso no lo sabemos hasta que la enfermedad se encuentra en nuestro cuerpo.
Al covid-19 hay que respetarlo. Debemos cuidarnos y tomar todas las medidas y precauciones debidas para evitar – en la medida de lo posible- los contagios.
Reflexiones ante el covid-19
Yo no me tomo a la ligera el haberme curado, pues desde hace tiempo decidí vivir bajo estas palabras de Albert Einstein: «Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro.» Yo elegí la segunda forma y hasta el día de hoy no me he dejado de maravillar.
Pero toda esta situación me hizo reflexionar acerca de la necesidad de agradecer el aún seguir aquí, y la rapidez en la que pueden ocurrir situaciones que nos cambian la vida por completo. No puedo dejar de pensar en todos los sueños rotos que dejaron algunas de las víctimas de este terrible virus, metas que se quedaron a medias y sin concluir.
Los que seguimos aquí debemos honrar a los que ya se fueron, cumpliendo las metas que no nos hemos atrevido a cumplir ya sea por miedo, falta de tiempo, o excusas –en realidad más por miedo-. Creo que nuestros seres queridos –ya sea que sigan aquí o que hayan partido- siempre querrán que logremos nuestros sueños y siempre esperarán vernos felices, realizados y complacidos con la vida.
Los 5 arrepentimientos
Me parece muy adecuado hablar acerca de Bronnie Ware, una enfemera australiana encargada de ofrecer cuidados paliativos a pacientes con enfermedades terminales. Ella escuchaba atentamente lo que sus pacientes decían, y notó que había ciertas similitudes en lo que ellos expresaban como arrepentimientos o cosas que hubieran querido hacer distintas en su vida. Bronnie los agrupó en 5 grupos, y estos son:
- No hacer lo que quería, sino lo que otros querían que hiciera.
- Trabajar demasiado.
- Falta de expresar mis verdaderos sentimientos.
- Haber dedicado poco tiempo a los amigos.
- No haber sido más feliz.
Hagamos este ejercicio
La vida es muy corta. Se nos va en un abrir y cerrar de ojos. Es primordial que nos hagamos estas preguntas, no esperemos mucho:
¿Estoy siendo feliz? Y si la respuesta es no, ¿qué puedo hacer hoy para acercarme a ese estado?
¿Dedico suficiente tiempo a las amistades y personas que amo?
¿Me siento en libertad de expresar mis sentimientos?
¿Estoy demasiado enfocado en mis logros profesionales, y poco en los personales?
Y quizás la más profunda de todas:
¿Estoy haciendo lo que YO deseo hacer, o estoy simplemente cumpliendo las expectativas que los demás tienen de mí?
Respondamos con honestidad a estos cuestionamientos. Ellos pueden abrirnos los ojos y guiarnos en la dirección que debemos seguir para evitar que nos arrepintamos cuando ya sea demasiado tarde.
En Alfasoluciones queremos tomarnos unos momentos para externarles a los que desde el inicio de la pandemia han perdido a familiares y seres queridos, que lamentamos profundamente sus pérdidas, y les extendemos nuestras más sentidas condolencias. No hay palabras que puedan sanar el dolor que sienten, pero les enviamos todo nuestro cariño.
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