De vuelta a nuestras raíces

Al volver a entrar a las redes sociales de Alfasoluciones, me di cuenta de que la última publicación fue realizada el 15 de febrero del 2021. Por esas fechas la pandemia recrudeció y las prioridades de la población en general y las empresas en particular cambiaron. Las capacitaciones pasaron a segundo plano y fue comprensible, pues muchos establecimientos lucharon por mantener sus metas económicas en estos años de crisis.

Como empresa también nos vimos afectados y tuvimos que tomar la difícil decisión de detener nuestras operaciones para reinventarnos y buscar por otros rumbos otras formas de generar ingresos. Y no lo decimos con tristeza ni dramatismo, sino con mucho honor. La vida nos llevó por rumbos insospechados pero maravillosos, que nos dejaron grandes enseñanzas. Creemos que la vida es nuestra gran maestra y que cada situación nos lleva a aprendizajes que no podríamos tener de ninguna otra forma.

A finales del año pasado decidimos que nuestro propósito de año nuevo sería REiniciar Alfasoluciones. Creemos que ahora es el momento de regresar a nuestras raíces. De volver a lo que amamos hacer y poder brindarles nuestro mejor servicio.

-Andrea Ponce-

Aceptación

Fotografía por Mohamed Nohassi en Unsplash

«La felicidad solo puede existir en la aceptación»

George Orwell

He constatado que a medida que nos hacemos mayores, nos cuesta cada vez más aceptar las situaciones, circunstancias, cambios, etc. Vamos perdiendo la capacidad de asombro— de sorpresa— que vemos en los niños pequeños, para quienes todo es nuevo, fascinante, emocionante.

Nosotros cambiamos esa capacidad de asombro por la necesidad de comprender, planificar y de tener todo bajo control todo el tiempo. Trabajamos por horarios, bajo presupuestos y con objetivos, y cualquier error puede costarnos el trabajo o mucho dinero.

Las sorpresas ya no nos asombran sino que nos molestan. Los imprevistos ya no nos emocionan, sino que nos sacan de nuestro centro y hacen que saquemos nuestra peor versión. Solo hace falta que el carro se nos descomponga camino al trabajo para que se nos frunza el ceño y comencemos a renegar porque la grúa no llega pronto. Cuando por fin aparece descargamos nuestra ira contra el gruista, como si él fuera el culpable de nuestro auto averiado.

Lo único que ganamos con esto es llenarnos de estrés, enojo y frustración y con esto no logramos resolver nada. Nuestra mente se cierra y nos es imposible pensar en soluciones porque solo vemos el problema y renegamos de él.

Un poder oculto

Fotografía por Dan Burton en Unsplash

Se nos ha olvidado que tenemos a nuestra disposición el poder de la aceptación. Aceptar que no lo podemos controlar todo, que no lo sabemos todo y que nos podemos equivocar.

En cuanto comenzamos a admitir esto, dejamos de sufrir por todo aquello que no podemos controlar. Entonces desistimos de utilizar nuestra energía para negar lo que realmente está sucediendo, y pasamos a pensar en cómo resolver la situación de la mejor manera. De esta manera podremos aprender la lección de cada circunstancia de la vida. Como que se haya descompuesto el carro porque se nos olvidó revisar el agua como nos había indicado el mecánico.

Al practicar la aceptación encontraremos un poder oculto, una paz y una tranquilidad internas que no lograrán perturbarnos. Al soltar el control, podremos encontrar nuestro verdadero poder interior, el que se encuentra oculto a ojos de los que  aún siguen aferrados a la necesidad de dominar todas las situaciones.

Por eso seamos más como los niños, asombrémonos, seamos curiosos y juguetones con la vida, riámonos de nuestros desaciertos y nuestros errores y vayamos por la vida con la ilusión de los chiquillos que un día fuimos.

VIVIR CON MIEDO

Fotografía por Tim Trad en Unsplash

El Miedo, como lo hemos repetido en Facebook Lives, conferencias y artículos en el Blog, es una emoción natural que nos permite evaluar situaciones en las que podríamos estar en peligro, para asegurar nuestra sobrevivencia.

El problema surge cuando en lugar de alertarnos de problemas reales, se vuelve en nuestra contra y nos lleva a crearnos situaciones imaginarias y a crearnos escenarios que nunca van a ocurrir. Esto lo único que hace es detenernos, retenernos y no permitirnos seguir adelante.

¿Cómo saber si el miedo nos gobierna?

  1. Cada vez que vas a emprender algo inmediatamente ves los problemas, las complicaciones, las dificultades.
  2. Te imaginas escenarios trágicos que al final nunca suceden.
  3. Prefieres no tomar riesgos y  no intentar cosas nuevas, te quedas en la comodidad.
  4. Sobredimensionas lo que podría salir mal.

¿Por qué?

¿Por qué nos sucede esto a algunas personas? Para algunos de nosotros puede ser algo aprendido de la niñez, o por alguna situación traumática que nos llevó a tener mucho miedo ante situaciones nuevas que no podemos controlar. Cada quien tendrá su propia razón. Pero lo cierto es esto: los que vivimos en este mundo del miedo —yo  me incluyo— dejamos de vivir las experiencias que la vida nos ofrece, por siempre imaginar los peligros en todo.

¿Qué podemos hacer?

Fotografía por Tachina Lee en Unsplash

Siempre debemos ir un paso a la vez. Nada cambia de la noche a la mañana, pero con constancia y perseverancia lo podemos lograr. Aquí dejo algunas recomendaciones:

1.     Reconocer que nadie tiene 100% asegurado el éxito.

El fracaso es parte de la vida, y nos ayuda a aprender de nuestros errores del pasado. Al dar el salto hacia iniciar algo nuevo debemos saber que podemos fallar, equivocarnos y caer —como cualquier ser humano—, pero también nos podemos levantar y seguir adelante.

2.     ¡Que vale la pena intentarlo!

Nadie quiere ver hacia atrás y lamentarse por no haberlo intentado al menos una vez en la vida. Es mejor reírnos por haber caído, que arrepentirnos por no haber saltado.

3.     ¡La vida es corta!

Este está relacionado con el anterior, pero los años pasan con mucha rapidez, y hay cosas que con la edad se van volviendo más difíciles de lograr. ¡Aprovechemos cuando tenemos salud y vida para lograr lo que nos proponemos! ¡Somos los años que nos quedan!

4.     ¡Aunque sea con miedo, hazlo!

Es normal que al principio nos sintamos inseguros/as y nos haga falta algo de práctica. Pero eso solo el tiempo y la experiencia nos lo darán. Como dicen «nadie nace sabiendo».

5.     No seas tan duro contigo mismo/a

A veces nosotros somos nuestros peores críticos. No confiamos en nosotros mismos  ni en nuestras habilidades y eso nos detiene. No nos hagamos de menos, valemos mucho y podemos contribuir mucho a los demás.

6.     Tienes mucho que dar.

Nunca sabrás si eso que quieres lograr puede cambiar la vida de alguien, servir de ejemplo o crear un gran cambio que nunca te imaginaste, pero que nunca lograrás descubrirlo hasta que lo intentes. Como decía Wayne Dyer: «no mueras con la música dentro de ti».

¡Así que atrévete a dar ese salto! ¡Deja salir esa parte de tí que hace que te brillen lo ojos para que todo tu alrededor pueda ver tu resplandor.

Responde en los comentarios: ¿Qué ha sido aquello que siempre has soñado y nunca te has atrevido a hacer por miedo?

Fotografía por Doran Erickson en Unsplash

La energía

Fotografía por Hal Gatewood en Unsplash

La famosa frase de Albert Einstein “la energía ni se crea, ni se destruye, sólo se transforma”, nos hace pensar  en las posibilidades que se nos presentan cuando sabemos cómo y hacia dónde direccionarla.

Cada mañana nos presenta una nueva oportunidad sobre cómo utilizar nuestra energía y en qué enfocarla. Somos nosotros mismos los que lo determinamos cuando decidimos invertirlo en pensamientos, sentimientos, creencias o actitudes. Y es importante porque esto va a determinar cómo nos relacionamos con nuestro medio, con los demás y con nosotros mismos. Depende de estas decisiones si estamos agregando o robando vitalidad de nuestra vida.

Para poder utilizarla mejor debemos saber diferenciar entre lo que nos a a robar o agregar energía a nuestra vida.

Algunos de los ladrones son:

  • Criticar o juzgar constantemente.
  • Quejarnos con regularidad.
  • Compararnos con los demás.
  • Pelear con las personas o situaciones.

Es muy notorio cómo estas actitudes o acciones nos roban la vitalidad. Nuestro cuerpo se queda debilitado, y si ponemos atención lo podemos percibir. Resulta muy importante evitar lo antes mencionado, si deseamos tener una vida más plena y llena de energía.

Ahora, si lo que queremos es llenarnos de vida, a continuación mencionamos algunas fuentes de energía:

1. La alimentación.  Es importante nutrir nuestro cuerpo, comer adecuada y balanceadamente en las cantidades y proporciones propias para nuestra edad, estatura, peso y talla, etc.

2. ‎El ejercicio. La actividad física es fundamental para mantener niveles de energía adecuados. Practicar algún deporte regular y moderadamente nos ayuda a estar activos, mejora nuestra concentración, además de agregar muchos beneficios más.

3. ‎Dormir. Ir a la cama a una hora adecuada y dormir las horas necesarias para reparar nuestro cuerpo y nuestra mente significan la diferencia entre un día lleno de energía o uno lleno de cansancio, desgano y falta de concentración.

4. ‎Meditar. No es necesario que vivamos en el Tibet para realizar ejercicios de meditación. Tan solo desconectándonos de los problemas diarios unos minutos e intentando dejar nuestra mente en blanco mientras respiramos profunda y pausadamente puede ayudaros a recargar nuestra energía.

5. ‎Respirar. Es increíble, pero la mayoría de personas no respiramos adecuadamente. Inhalar profundamente, retener el aire y dejarlo salir con tranquilidad puede ayudarnos a oxigenar mejor nuestro cerebro, y a darnos calma y energía.

6. ‎ACTITUD. Muchos de nosotros tenemos la tendencia de culpar a nuestro entorno o a nuestras circunstancias de cómo nos sentimos en determinado momento, y todo esto nos roba energía. Darnos cuenta de que muchas veces nosotros mismos creamos nuestra realidad, que tan solo cambiando nuestra actitud con los que nos rodean podemos llenarnos de vitalidad y de ganas de hacer las cosas diferentes.

7. Buscar oportunidades. Buscando activamente las oportunidades de divertirnos, de hacer lo que nos gusta o donar nuestro tiempo libre para alguna causa que nos atraiga, nos hará olvidarnos de nuestros problemas y concentrarnos más en las posibles soluciones.

Es así que debemos ser inteligentes en el uso de nuestra energía y saber, como decía Einstein, en qué transformarla para que nos permita llegar cada vez más lejos y más cerca de nuestros sueños y  metas. Recordemos que todas estas son decisiones, y que está en nuestras manos decidir en qué invertir nuestro tiempo.

LA TRANSFORMACIÓN

Fotografía por Suzanne D. Williams en Unsplash

Viktor Frankl, Autor del maravilloso libro “El hombre en busca de sentido”, (vigente en la aplicación de la psicología del siglo XXI) decía que cuando no podemos cambiar nuestras circunstancias, nuestro deber es CAMBIARNOS A NOSOTROS MISMOS.

En un mundo en permanente cambio y en una sociedad en una crisis profunda de sentido de la vida, es importante establecer la necesidad de CAMBIAR; pero  lo fundamental es TRANSFORMAR nuestra vida para enfrentar la permanencia de los cambios en la sociedad.

No es lo mismo cambio que transformación.  El primero es una  invitación que te viene desde afuera, algo que te dice que debes modificar algo. Por ejemplo: La crisis financiera nos dice que debemos  reducir los gastos, el sobrepeso nos indica que debemos adquirir otro estilo de alimentación,  una enfermedad crónica  nos exige modificar todos los aspectos de nuestra vida, etc.

El cambio es una decisión. Es externo: ¡DECIDIR  quién quiero dejar de SER! Alterar aspectos de la personalidad que no nos permiten fluir con la vida exitosamente. (DESAPRENDER hábitos destructivos)

Como es externo existe  un  “tenemos que cambiar”. Es importante comprender  que esto generará: Inercia, resistencia, miedo, pereza. Es algo que comúnmente no nos gusta.

La transformación, por su parte es un proceso.  ¡Crear un nuevo yo!  APRENDER nuevos hábitos constructivos, retomar aquellos hábitos sanos que acompañaban nuestra vida. Es algo más interno, que viene de un deseo real que existe dentro nuestro que desea crear una realidad distinta.

Las preguntas clave para la transformación son:

  • ¿A qué renuncias y a qué te comprometes?
  • ¿Qué estás dispuesto a hacer para que eso pase?
  • ¿En qué estás trabajando?
  • ¿Cuáles son las herramientas que estás utilizando?
  • ¿De quién te estas rodeando para cumplir  tus promesas de transformación?

Lo fundamental para encontrar las respuestas hacia la transformación es: abrir la PUERTA DEL APRENDIZAJE. Esto se logra con una CAPACITACIÓN PERMANENTE y de manera integral, que te otorgue  las herramientas indispensables para   tu desarrollo personal.

El propósito de tu vida es: APRENDER.  Y para APRENDER necesitas una fuerte convicción, fuerza de voluntad, determinación y coraje para nunca desistir.  Aún si tu entorno no te ayuda. Todo lo bueno, lo que realmente vale la pena es difícil y  tedioso. Al principio necesitas mucha práctica, pero si lo haces lo suficiente se volverá parte de tu vida.

Decía  Julio Cortázar  “nada está perdido si se tiene el valor de aceptar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo”. El primer paso no te lleva adonde quieres, pero te saca de donde estás.

Resistencia al cambio

Fotografía por Chris Lawton en Unsplash

Como dice el dicho: “lo único que permanece constante es el cambio”. Es así que, en la vida, lo único seguro es que el cambio llegará a nuestras vidas. Cuando somos niños se nos hace más fácil aceptarlo como algo natural. Nos adaptamos con facilidad. Pero mientras más envejecemos, más nos resistimos y se nos dificulta admitirlo como parte de nuestras vidas.

Hace poco vi a una amiga estresarse porque habían actualizado la interfaz del correo electrónico que utilizaba. Pude observar cómo su lenguaje físico delataba su ansiedad, y la dificultad que le ocasionaba el tener que acostumbrarse a algo nuevo y diferente.

Esto mismo, por nuestra naturaleza humana, puede ocurrirnos a todo nivel. Desde algo tan pequeño como una actualización de software, hasta un cambio tan grande como un nuevo jefe. Solemos hacerlo “por el temor a lo desconocido, por desconfianza hacia los líderes o por sentimientos de seguridad amenazada” (Espinosa, 2006).

Uno de los temas que piden que abordemos en las capacitaciones es el de las transiciones hacia el cambio con los colaboradores. Nuestros clientes saben que una mala transición puede llevar a descontento general y a pérdidas monetarias a causa del mismo. Es por eso que en este post colocamos algunos puntos importantes a tomar en cuenta si en su organización se están viviendo este tipo de situaciones.

Espinosa (2006) propone tres tácticas que pueden ser utilizadas para prevenir los efectos negativos de la resistencia al cambio:

  1. Educación y comunicación: Sensibilizar a través de la capacitación, para explicar en qué consistirán los cambios y por qué son necesarios; además de agregar los beneficios que se obtendrán con ello. Es importante hacerlos sentir partícipes e incluidos en el proceso de la transformación.
  2. Participación: Hacer que los colaboradores se conviertan en parte de este proceso, ya que, mientras más se involucren, más fácilmente aceptarán la nueva situación.
  3. Facilitación y apoyo: La ansiedad y el temor disminuirán en la medida que los colaboradores se sientan informados de los procesos y de los pasos que se vayan tomando en el camino de la transformación.

Lo que es valioso destacar a la hora de utilizar las 3 tácticas mencionadas, es la importancia de que exista la figura del “gestor de cambio”. Este es un líder que va a guiar a los colaboradores hacia una transición y apropiación del cambio dentro de la empresa. Este gestor puede ser interno o externo, pero se debe elegir con precaución, pues debe ser una figura respetada y que apoye al 100% las modificaciones que se llevarán a cabo.

Debemos recordar que la transformación (o cambio) es algo inevitable en nuestras vidas, pero en ocasiones nuestros miedos y ansiedades pueden llevarnos a resistir lo ineludible, por lo que en ocasiones necesitamos otro tipo de apoyo externo para lidiar con estas situaciones, ya sea en nuestra vida personal o profesional.

Referencia:

Espinosa, A. Q. (2006). El cambio organizacional : la importancia del factor humano para lograr el éxito del proceso de cambio, 50–63.