EL AMOR AL TRABAJO

Fotografía por David Siglin en Unsplash

Cualquier trabajo puede ser repetitivo, aburrido y desgastante. Pero tú puedes convertirlo en una experiencia desafiante, divertida y diferente. ES CUESTIÓN DE ACTITUD.

Hablar de trabajo es hablar de construir nuestros sueños, de desarrollar nuestras habilidades y destrezas a través del desempeño y ser productivos.

Hablar de AMOR con mayúsculas es hablar del único poder para disfrutar de una vida plena. Pero hablar de AMOR por el TRABAJO implica conocer el significado profundo de estas dos hermosas palabras.

¿Qué es el amor?

Amor es querer el bien.

¿Qué es el bien?

Es el desarrollo pleno

Entonces, amor es querer el desarrollo pleno  de aquello que se ama. En este caso el trabajo.

¿Qué es trabajo?

Sin entrar a definiciones académicas, trabajo no es más que la extensión de lo que tú eres como persona:

Tu mente: El desarrollo de tu inteligencia.

 Tu cuerpo: El cuidado de tu cuerpo por medio del descanso, una sana alimentación y ejercicio.

 Tu corazón: En el sentido estricto de amar y gestionar tus emociones.

 Tu espíritu: Entendiendo espíritu como la conexión con la vida. Entrega, gentileza, amabilidad, coraje, fuerza y conexión con los demás.

El amor al trabajo entonces es el desarrollo pleno de tus habilidades y destrezas en un oficio o profesión determinado.  Cuando amas lo que haces muestras un sentimiento de satisfacción personal que surge naturalmente por tu contribución a los demás por medio de tus talentos y habilidades bien desarrolladas.

Existen personas que ven su trabajo  como:

Una carrera,  o una simple ambición personal. Buscan escalar posiciones y ganar mucho dinero.

Otros lo ven solo como un sueldo.  Como mera sobrevivencia. Reciben su sueldo, lo gastan, esperan su próximo sueldo, lo gastan,  solamente para cubrir sus necesidades, etc.

Y existen las personas que AMAN su trabajo, que  ven su trabajo como una vocación, es decir, viven al servicio a los demás. Están convencidos que con su desempeño  contribuyen a que los demás vivan mejor.

¡Estamos llamados a  desarrollar el amor por el trabajo bien hecho! Y eso se logra con dos creencias fundamentales:

  1. Que creas que el trabajo depende de ti.
  2. Que creas que tu trabajo sirve para algo.

La primera nos muestra un verdadero compromiso de responsabilidad, pasar del compromiso a la responsabilidad personal. ¡El placer por el trabajo BIEN HECHO!

La segunda creencia (creer que tu trabajo sirve para algo) le da sentido y significado a lo que hacemos, lo que se manifiesta  en servir a los demás.

¡Haz tu trabajo con amor y un poco más y ese poco más lleno de amor te dará, lo que no te da tu trabajo! Eso es amor por el trabajo.

ESPÍRITU DE TRABAJO

Fotografía por bruce mars en Unsplash

No hablamos del espíritu desde el punto de vista religioso. Más bien, lo vemos desde el punto de vista emocional. Hablamos aquí de la espiritualidad desde nuestra conexión con nosotros mismos. ¿Qué tan conectados nos encontramos con la vida? ¿Realmente disfrutamos de nuestro presente, o vivimos preocupados por el mañana, angustiados por el ayer?

Conectarnos con la vida significa ver más allá, vivir el momento y ver que lo que hacemos hoy cosecharemos mañana. No hay trabajo poco digno. He visto personas que hacen limpieza en casas u oficinas, disfrutar más de la vida y de su trabajo que gerentes entacuchados. ¿Qué los diferencia?

Además del hecho de que los segundos ganan quizás diez veces más que los primeros, la diferencia es la actitud que los primeros trasladan a su diario quehacer. Y mucho de nuestra actitud depende del significado que le damos a lo que hacemos. Podemos ver nuestro trabajo de dos formas distintas:

1. Solo como un trabajo por el sueldo y para jubilarse.

2. Una vocación. Exhibe mayor desempeño y mayor sentido de satisfacción.

Si buscamos la primera, posiblemente cada día lo sentiremos eterno, contando las horas para que todo termine. Seguro conocemos muchas personas que realmente no disfrutan lo que hacen, y que buscan cualquier oportunidad para quejarse de su empleo o sus compañeros.

La segunda forma es la que nos permite vivir cada día con satisfacción, mostrando nuestras habilidades y talentos, sabiendo que estamos contribuyendo de una u otra forma a quienes nos rodean.

Ese es el verdadero espíritu de trabajo, el que hacemos con amor, con pasión, desarrollando nuestras habilidades y poniéndolas al servicio de los demás. Cualquier trabajo puede ser repetitivo, aburrido y desgastante. Nosotros somos los únicos que podemos  convertirlo en una experiencia desafiante, divertida y diferente. Mientras no llegue el trabajo de nuestros sueños, disfrutemos lo que hacemos.  Estar agradecidos, ponerle actitud a lo que hacemos, eso nos hará llegar lejos.

Volviendo

Después de un tiempo de remodelación de nuestra página web, hoy porfin regresamos. La vida es maravillosa, pues nos da la oportunidad de reinventarnos, reparar los errores del pasado y aprender de ellos.

El camino del emprendimiento no es fácil. Requiere de un gran esfuerzo y autocontrol. No debemos ceñirnos a un horario específico, no tenemos jefes que nos observen a la distancia ni que nos exijan productividad. Sin embargo, de alguna forma debemos encontrar esa motivación dentro de nosotros, y no todos la hemos desarrollado al mismo nivel.

Pero aunque el camino nos lleve a fracasos momentáneos, debemos levantarnos y volverlo a intentar. La determinación es una decisión y depende de la meta que nos propongamos y de qué tanto la queremos alcanzar.

Dando pasos cortos pero certeros, así se logran las metas. Cada paso nos va acercando a lo que hemos visualizado con nuestras vidas, o quizá nos lleve a lugares que no imaginamos jamás.