Hacernos cargo para liberarnos

Fotografía por Aditya Saxena en Unsplash

Debes tomar responsabilidad personal. No puedes cambiar las circunstancias, las estaciones o el viento, pero te puedes cambiar a ti mismo. Eso es algo de lo que debes hacerte cargo. Jim Rohn

En la vida siempre tenemos responsabilidades. Desde que somos pequeños y hacemos nuestras tareas, o nuestras camas, descubrimos que debemos cumplir con ciertas tareas. Cuando nos hacemos adultos las responsabilidades se hacen mayores y se juntan los pagos de casa, la crianza, el trabajo, las tarjetas, préstamos y demás.

Pero hay algo que observo continuamente, en mí y en los demás. Aunque cumplimos con nuestro deber en cuanto a lo económico, educativo y profesional,  no siempre lo hacemos a nivel personal. Culpamos a otros por lo malo que nos pasa, y con mucha facilidad apuntamos el dedo a nuestra infancia y en especial hacia nuestros padres. En lugar de hacernos cargo de nuestro propio destino, echamos la culpa a los demás.

Confrontarnos con la realidad

Fotografía por Dollar Gill en Unsplash

A menudo escucho a personas que comentan no haber podido lograr lo que querían en la vida porque sus papás no creyeron en ellos, porque no los apoyaron como ellos querían o en algún momento les obstaculizaron de alguna manera.

Yo misma fui una víctima de este tipo de pensamiento, hasta que decidí confrontarme y descubrir la verdadera respuesta. Lo cierto es que no lograba realizar lo que yo quería porque tenía miedo de fracasar, y era más fácil culpar a mis papás que admitirlo y encarar mis temores. (El artículo sobre aceptación está relacionado con este tema)

Es imposible negar que la crianza tenga un gran efecto en nuestra personalidad, y que tengamos muchas conductas aprendidas de esta etapa,  pero esas son las pruebas que debemos superar en la vida. Cambiar esas conductas que hacen daño –no solo a nosotros sino a los demás- es por lo que debemos luchar en esta vida. Pues al desprendernos de ellas podremos ver la vida de otra forma y apreciaremos todas las posibilidades que se nos revelan.

Al momento que dejé de culpar a mis padres, empecé a comprender lo más importante: que ellos hicieron lo mejor que pudieron con lo que tuvieron, y que TODOS los padres cometen y cometerán errores en la crianza de sus hijos.

Liberarnos de las cadenas

Fotografía por Aida L en Unsplash

Es liberador soltarlos de esa carga, porque en el momento en que lo hacemos, tomamos nosotros las riendas de nuestro destino, nuestras reacciones, nuestros errores. Porque si no, ¿Cómo podría cambiar yo algo que no depende de mí?   En cambio, al tomar el control y aceptar que nuestras reacciones, decisiones y los efectos de las mismas dependen de nosotros, nos empodera y nos permite avanzar en la vida.

Victimizarnos es cómodo, es fácil, pero nos deja en una posición de desventaja ante la vida. En cambio si decidimos hacernos cargo para liberarnos de las cadenas que nos atan, que no nos dejan crecer podemos avanzar, aprender de nuestros errores, a reaccionar mejor ante situaciones difíciles y tomar mejores decisiones en el futuro.