
Aunque no lo creamos, todos tenemos un sistema de creencias. Estas creencias han sido fijadas en nuestra mente por medio de ideas prefijadas de forma consciente o inconsciente.
Simón (2016) menciona que las creencias se forman “durante nuestro desarrollo y proceden de muchas fuentes distintas: educación, cultura, figuras parentales, amistades, acontecimientos traumáticos, experiencias repetitivas…”
¿Por qué es importante conocer esto?
Su importancia radica en el reconocimiento de que observamos, evaluamos e interpretamos al mundo de acuerdo a nuestro sistema de creencias (Warmerdam, 2014).
Albert Ellis, en su teoría A-B-C de la personalidad, habla acerca del rol que poseen nuestras creencias a la hora de reaccionar ante una situación. Las palabras del gran filósofo estoico Epícteto resumen, según Ellis, la base fundamental de su teoría: «las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos».
Es decir, no son las situaciones las que nos afecta, sino la interpretación que le damos a los hechos, lo que nos lastima. Dos personas pueden vivir la misma experiencia, pero la forma en la que le den sentido al mismo hecho será muy distinta, basados en sus creencias.
Cuando nuestras creencias nos traen dificultades en las relaciones sociales, o nos limitan el crecimiento personal, es allí cuando surge el problema.
Creencias limitantes y potenciadoras
Las creencias limitantes son las que nos impiden conseguir los resultados que necesitamos en nuestra vida.
Las tres principales creencias limitantes son:
- Desesperanza: creer que el objetivo que deseo lograr no está a mi alcance.
- Impotencia: creer que no soy capaz de alcanzar mi objetivo.
- No merecerlo: creer que no merezco alcanzar mi objetivo.
Las creencias potenciadoras son las que nos permiten conseguir los resultados que queremos y merecemos en la vida. Debemos enfocarnos en ellas, pues son las que nos permitirán avanzar en nuestras metas, haciéndonos sentir felices y plenos.
Algunos ejemplos de creencias potenciadoras son:
- No hay fracaso, tan solo aprendizaje.
- Tenemos todos los recursos que necesitamos, y si no los tenemos, podemos crearlos.
- Todo comportamiento tiene un propósito.
Al comprender que todos contamos con ambos tipos de creencias (limitantes y potencidoras), nos damos cuenta que es algo con lo que todos lidiamos. Incluso las personas más exitosas luchan contra sus creencias limitantes, para no permitir que estas les impidan alcanzar sus objetivos.
Es por esto que debemos poner a prueba nuestro sistema de creencias, y averiguar si nos están potenciando o limitando. Al evaluar la forma en la que interpretamos las situaciones de nuestra vida, podemos decidir conscientemente evitar las creencias limitantes y hacer uso de las creencias potenciadoras.
Pronto nos podremos dar cuenta de que nuestro entorno ha cambiado, pero no ha sido más que el reflejo de nuestro cambio interno, que se refleja en nuestro exterior y nos hace ver la vida con otros colores.
No debemos permitir que nuestra alegría se vea opacada por nuestras creencias, sino que debemos siempre ir en búsqueda de nuestra felicidad, y de alcanzar todo nuestro potencial sin barrera. La vida es una búsqueda constante de nuestra mejor versión.
Bibliografía:
Simón, C. (2016). Identifica y cambia tus creencias limitantes. Mindful Science. Recuperado de: https://www.mindfulscience.es/wp-content/uploads/2016/12/ebook-identifica-y-cambia-tus-creencias-limitantes.pdf
Warmerdam, S. (2014). Comprendiendo las creencias. Mindworks. La práctica de la atención plena. Una guía para cambiar pensamientos, creencias y reacciones emocionales (pp. 33-50). California: Cairn Publishing.
Bou, J. (2013). Conceptos importantes en el coaching educativo. Coaching educativo (pp. 117-122). Colombia: Ediciones de la u.
Fotografía por Rebe Pascual en Unsplash
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