Es importante que reflexionemos acerca de todo lo acontecido en este año que termina y nos preparemos para un ciclo nuevo por venir.
Cuando iniciamos el 2020 teníamos la esperanza de que fuera un año lleno de oportunidades y metas por cumplir. No nos imaginábamos que nos encontraríamos en las circunstancias en las que estamos hoy (en medio de esta pandemia que ha cobrado la vida de millones de personas alrededor del mundo, y que trajo consigo otros efectos sociales y económicos que lo han convertido en el año más extraño que muchos de nosotros hemos vivido).
Son muchas las familias que han tenido que despedir a un familiar a causa del Covid-19 y nuestro corazón se conduele por ellos. Son pérdidas irreparables que deja este año. Pero por algún motivo seguimos aquí, y a pesar del dolor que algunos de nosotros pudimos haber experimentado, también hemos sido testigo de cómo esta crisis llevó a muchos hacia la reinvención.
Algunos se lanzaron al emprendimiento, otros descubrieron talentos ocultos o desempolvaron algunos olvidados. Y vivimos también cómo – a pesar de estar alejados físicamente- nos llegó a unir más que nunca con las personas que más amamos. Nos hizo darnos cuenta de lo frágil que es la vida y de lo importantes que son las palabras y los gestos de cariño para demostrar lo que sentimos por los que más queremos.
Las crisis son el escenario perfecto para el cambio y la transformación. Tomemos los aprendizajes que nos deja esta experiencia y recibamos el 2021 con nuevos ojos para apreciar lo que en realidad vale la pena: ser amorosos, generoso, compasivos y cercanos a nuestros seres queridos.
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